
Lo perdí... o… la perdí, tal vez por la imprudencia de mis años, la insensatez que en mi alma no descansa o el agotamiento de los días… lo perdí… y como olvidarlo, si el dolor es solo mío… solo mío, porque nadie sabía de su existencia…
Solo mío… como el duelo que acompaña el silencio de mis pasos.
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