lunes, 1 de febrero de 2010

Fragmento de mi día


Tristemente contemplaba un cielo de nubes grises, mientras en mi alma coalicionaban sentimientos enfrentados causan incesante dolor…ese que ni la herida mas profunda del cuerpo consigue… llovía… y al mismo tiempo mis lagrimas caían.
La sombra de la depresión me consumía cada vez más asfixiándome, tantas cosas sucedían y yo… yo estaba en una aporía de mi vida.
Me encontraba atrapada en un camino, del cual no veía la salida, un torbellino que apagaba uno a unos mis sueños, quebrando mi alma…haciendo fluir recuerdos por cada grieta, atrayendo más tormentos…
De pronto… unos pasitos veloces ¡corrían!, alguien jalaba mi remera, al mirar hacia abajo, ahí estaba…de manitas y cara sucia, guardapolvo manchado y zapatos rotos…uno de mis pequeños alumnos con un papel.
¡Seño! ¡Seño! ¡Mire lo que tengo para ud.! decía contento saltando.
Me agache, poniéndome a su altura ¿Qué es ese dibujo? le dije, y con rapidez me contestó ¡Seño! es un camión lleno de comida, para que ya no se enferme por no comer bien y venga siempre a darnos clases…
Entre lagrimas, lo tome en mis brazos, le di un beso y feliz salio corriendo… antes de llegar al final del pasillo de la escuela grita ¡La quiero!
Con esas palabras sentí que la vida me volvía, que por más abatida que me sentía, debía volverme a levantar, pues unos pequeños ángeles me esperan…

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